viernes, 29 de diciembre de 2017

GANADORA DEL CONCURSO!!

NEREA SANVISENS
En hora buena!!! Nerea Sanvisens es la vencedora de nuestro sorteo y ha ganado una fantástica tabla de Bodyboard! Muchas gracias por tu participación y por comentar nuestros posts!

lunes, 11 de diciembre de 2017

Concurso Viaja Contigo.!!Comenta y Gana una tabla de Bodyboard! 🏄🏻‍♀️🏄🏻‍♂️

Regalamos una fantástica tabla de Bodyboard, muy fácil, al seguidor que más cometarios haga en nuestros posts contándonos sus experiencias viajando sólo.!!
Que esperas!
Cuéntanos tus experiencias y gana ya!


lunes, 4 de diciembre de 2017

Colección de 5 testimonios: las peores experiencias de viaje en solitario.

Fuente: Explorersue

1: Estuve atrapado en una isla debido a un ciclón destructivo
Durante el verano de 2017, estuve 3 semanas de vacaciones en la isla paradisiaca de Saint Martin, en el Caribe. Los primeros diez días fueron un sueño en el que pude disfrutar lo que la vida y lo que esta isla tenían para ofrecer, y luego ocurrió el desastre. ¡Una pequeña ola tropical, que se creó fuera de la costa de África y que originalmente no iba hacia la isla de San Martín, se había convertido en un huracán de categoría 5, llamado Irma, y se dirigía directamente hacia nosotros!
La noche que el huracán llegó a la isla, los empleados del hotel nos aconsejaron que nos reuniéramos y durmiéramos en el vestíbulo del hotel mientras pasaba el ciclón. Afortunadamente lo hicimos, ya que al día siguiente, cuando volvimos a mi habitación, resultó que las ventanas, las paredes y el balcón ya no estaban! Los siguientes 5 días fueron caóticos y sentí que estaba en la Edad Media, cuando la electricidad no existía, y las duchas eran a base de cubos de agua. No pude volver a España porque el aeropuerto fue destruido y mi vuelo fue cancelado. Afortunadamente, fui evacuado en un vuelo militar una semana después del desastre.

2: Me enfermé
Hace dos años, fui a Tailandia para hacer una práctica de dos meses en un albergue juvenil. Todo estuvo bien hasta el tercer día, sufrí un horrible dolor de estómago que me obligó a ir al baño. ¡Sufrí diarrea! Los días que siguieron, para que mi caso no empeorara y no tuviera que ir al baño, dejé de comer y me alimenté exclusivamente con Coca-Cola.
Afortunadamente, después de una semana, este problema desapareció y al llegar bastante antes de la fecha a mi internado, pude comenzar en la fecha programada. Afortunadamente, me quedé en este país durante dos meses y no una semana. Si hubiera pasado unas cortas vacaciones, por temor a tener que ir de repente al baño, no habría conocido la ciudad más allá de la habitación de mi hotel.

3: Me robaron todas mis pertenencias el día de mi llegada
En abril de 2017, viajé a Barcelona en avión, no solo por placer, sino también para tomar clases de español en una escuela de idiomas durante unas dos semanas.
Cuando llegué a esta ciudad, inmediatamente me sentí cómodo. Los edificios eran increíbles, la gente parecía amigable, turistas como yo había miles, la cerveza fluía y el clima era ideal para un viaje a la playa. Tenía una hora de espera para ir a mi habitación en la plataforma de Airbnb, así que decidí disfrutar de este maravilloso momento tomando una copa.
¡Pedí una cerveza fría y la saboreé mientras disfrutaba del sol! De repente, dos hombres que rodaban lentamente en un scooter se acercaron a mi mesa, me robaron la maleta y huyeron antes de que tuviera tiempo de hacer nada. Afortunadamente, tenía mis tarjetas bancarias, mi pasaporte y documentos importantes en la mochila que había guardado conmigo. En mi maleta habían cosas que eran importantes para mí, pero que eran más fáciles de volver a conseguir como mi ropa y mis productos de higiene.
Después de recoger las llaves de mi habitación, dado que mi presupuesto era limitado, fui a la tienda de ropa de bajo costo más cercana y compré unos quince artículos baratos que usaría durante mi estancia. Creo que nunca había estado tan mal vestido en mi vida y llamaba más la atención cuando salía de noche. Pero no importaba, aparte de este pequeño inconveniente, que me obligó a estar mucho más en guardia y vigilar todo, mi estancia fue un éxito.

4: Hubo una huelga durante mi estancia
Nunca había estado en Bélgica, así que aproveché la visita de mi madre durante un fin de semana largo para poder hacer este pequeño viaje juntos. Si hubiéramos sabido lo que estábamos reservando en este viaje, hubiéramos ido a otra ciudad ese fin de semana.
Llegamos a Bélgica e inmediatamente sentimos un clima de tensión con los taxis que nos informaron de que había una huelga general y no podrían llevarnos a nuestro hotel. Ya era de noche y no podíamos tomar autobuses o metro. Probablemente estaban en huelga de todos modos.
¡Por suerte nos encontramos con una persona que estaba dispuesta a llevarnos! Nos subimos en su automóvil y cuando salíamos del aeropuerto, los taxistas nos reconocieron y comenzaron a abusar verbalmente de nuestro conductor.
Al llegar a la ciudad, el conductor nos explicó que para nuestra seguridad y para que su auto no recibiera más golpes de los manifestantes, debería dejarnos a unos 4 km del hotel. Con el frío, en la lluvia, con nuestras maletas y el temor de no tener batería en nuestros teléfonos y perdernos, caminamos y caminamos. Google Maps ya no funcionaba porque habíamos alcanzado nuestros límites de datos en internet.
Afortunadamente, encontramos nuestro hotel en la esquina de una calle. ¡Hicimos nuestro chequeo completamente empapados y congelados! Los siguientes dos días no pudimos movernos a  más de 100 metros de nuestro hotel, ya que casi todo estaba bloqueado y nos habíamos resfriado. Afortunadamente, el día que nos fuimos, la huelga se detuvo y pudimos tomar un transporte de regreso al aeropuerto.

5: Tuve que cambiar mis planes porque el lugar de estancia me reservó sorpresas
Con mi madre y mi primo tuvimos que quedarnos tres semanas en Miami y 10 días en Nueva Jersey durante las vacaciones escolares de verano, y para ahorrar dinero nos quedamos con conocidos y familiares que no habíamos visto hacía mucho tiempo.
En Miami se suponía que nos íbamos a quedar 10 días con conocidos de mi madre y 10 días con una sobrina de mi madre que vivía cerca de la playa. Al final, nos quedamos solo 3 días en la casa de la primera persona y 4 días en la de la segunda antes de decidir que visitaríamos al primo de mi madre en Nueva Jersey mucho antes de lo que habíamos planeado.
¡La razón de nuestra partida en los dos casos fue la misma, las casas estaban infestadas de cucarachas que se manifestaban en grandes cantidades por la noche! Estaba tan asqueado que ya no comí en esas casas porque no estaba seguro de que los platos y cuberterías estuvieran limpios.
Por la noche, aunque todos teníamos nuestras propias habitaciones, mi primo y yo dormíamos en casa de mi madre porque no nos sentíamos nada cómodos.
Al final salimos prematuramente de las dos casas sin dar la razón real que nos llevó a hacer estos cambios de plan. Afortunadamente en Nueva Jersey, aunque el apartamento era mucho más modesto, nos sentimos cómodos y disfrutamos el resto de nuestra estancia en mejores condiciones.

Tu opinión nos interesa queridos suscriptores,

¿Podrías comentar sobre uno de tus viajes que fuera un fracaso o, al contrario, uno de tus viajes que fue particularmente exitoso?

Nos gustaría saber qué cosas contribuyeron al éxito o al fracaso de este viaje.

Finalmente, nos gustaría saber si has hablado o contado tu experiencia con otra persona a través de publicaciones en de redes sociales o personalmente, con el fin de disuadirlos o alentarlos a replantearse su viaje.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Los 10 mejores destinos para viajar en solitario

Llegan las vacaciones y estás planeando un viaje fantástico, pero no encuentras con quién ir. Mirando la ruta que te has marcado, piensas en aquella frase que dejó escrita Alex Supertramp (el alter ego de Christropher McCandless y protagonista de la gran película Hacia Rutas Salvajes) poco antes de morir solo en Alaska: “happiness only real when share” (la felicidad solo es real cuando es compartida). Bajas la mirada y deseas tener con quién compartir tu aventura. Pues no. Muchas veces es mejor viajar solo.
Viajar solo puede tener muchas ventajas. Al no tener acompañante, te abrirás más a las personas y lugares que conozcas en tu viaje y, la mayoría de las veces, vivirás aventuras mucho más grandes que las que tendrías yendo en pareja, familia o grupo. Además, siempre vas a acabar haciendo lo que se te antoje. Nada de discutir por tomar este camino o aquel otro, comer esto o aquello, etc.
Viajando solo llegarás a conocerte mejor.
Y ahora que te hemos convencido, te preguntas: ¿y cuáles son los mejores destinos para viajeros en solitario? Pues te vamos a proponer unos cuantos.
1. Tailandia
Comenzamos con uno de los países para viajar solo por excelencia.
Viajar por Tailandia es fácil. Muy fácil. Infraestructuras más que decentes y que conectan todas sus muchas atracciones turísticas; precios muy bajos; gente bastante amable (aunque ya han perdido la ingenuidad de hace unas décadas); una seguridad aceptable; casi todo el mundo que trata con el viajero habla algo de inglés; y está repleto de otros viajeros que viajan solos.
Conocer gente en lugares tan bellos como la isla de Koh Tao, Ayutthaya, Koh Phi Phi o el Parque Nacional Khao Yai solo depende de ti y lo que te apetezca.
tailandia
2. Nueva Zelanda
La naturaleza es la principal protagonista de Nueva Zelanda. Sus dos islas parecen ser una representación a escala de casi todos los tipos de paisajes que puedes encontrar en el mundo. Los volcanes de Tongariro, los fiordos de Milford Sound, las playas de Abel Tasman, el lago Taupo y las montañas de los Alpes del Sur son solo un ejemplo.
En un país donde – al contrario que su hermana, Australia – no hay ni un animal o insecto depredador o venenoso, puedes acampar prácticamente en cualquier sitio. Hay autobuses que recorren todos los puntos turísticos y los “kiwis” – como se denomina a los neozelandeses – son gente estupenda que te abrirá su casa si te muestras cálido con ellos.
Sin duda, de los mejores países del mundo para viajar solo.
paisaje montañas y lago
3. Irlanda
De un pueblo eminentemente emigrante y que aprendió a reírse de sí mismo antes de que le salieran unos metafóricos dientes de leche, no se puede esperar otra cosa que una cálida acogida.
Si viajas solo por Irlanda y te encuentras algo decaído, solo tienes que hacer una cosa: entrar a un pub. Estés donde estés en este verde país – no en vano, a la isla de Irlanda le llaman la Isla Esmeralda -, siempre te tratarán bien.
Si a eso le unes un patrimonio ancestral y rico, unos paisajes que quitan el aliento y un gran movimiento de viajeros de todas las nacionalidades, Irlanda solo puede encontrarse en los puestos de honor de la lista de mejores países del mundo para viajar solo.
acantilados y castillo
4. Perú
A muchos viajeros solitarios les preocupa la seguridad cuando piensan en viajar a Sudamérica. En algunos de los países sudamericanos puede que tengan razón, pero lo cierto es que en todos los sitios cuecen habas y, sobre todo hoy en día, uno ya no sabe dónde se puede sentir seguro.
Perú es un país muy tranquilo en este aspecto. Lugares tan emblemáticos comoMachu Picchu, Arequipa, la Cordillera de los Andes, las playas de Máncora o las líneas de Nazca, pueden ser visitados, sin sobresaltos, por un viajero solitario.
Muy trillado por mochileros, tiene una buena red de transporte, alojamiento (con una gran variedad y cantidad de hostales) y precios muy asequibles.
ruinas incas
5. Malawi
La cosa se complica aún más cuando pensamos en África. El desconocimiento y el escaso desarrollo de muchos de los países africanos no presagian buenos destinos para viajar en solitario. Sin embargo, África, si estás dispuesto a pasar ciertas incomodidades (por la baja calidad y cantidad de infraestructuras), es un país que te recompensa con un corazón enorme y apasionado.
Malawi es un buen destino para comenzar. Gente tranquila, fácil para moverte y con un enorme lago, el Malawi (conocido como Nyasa en la lengua autóctona) que invita al reposo y el relax. Aunque en los resorts a pie de lago encontrarás a otros turistas, te aconsejamos que aproveches para sumergirte en el alma del África subsahariana.

barca en lago atardecer
6. Canadá
Según los estadounidenses, en Canadá nunca pasa nada. Lo cierto es que las noticias que a lo largo del año recibimos de este enorme país de Norteamérica, se pueden contar con los dedos de una mano. Gente amistosa y pacífica, los canadienses agradecen su curiosidad al viajero solitario.
La Madre Naturaleza juega un rol importantísimo en Canadá, así que, si vas bien equipado para la vida al aire libre y tienes un buen colchón económico para el viaje, Canadá puede ser el mejor país para viajar solo en el mundo.
montañas Canadá
7. Myanmar
Myanmar es una joya asiática que hay que visitar antes de que pierda su halo de misticismo.
Su gente aún no ha perdido la ingenuidad en un país que ha sufrido la dictadura más longeva de la historia moderna de Asia. Cuando te vean viajar solo, los birmanos te preguntarán – con su parco inglés – de dónde eres, qué haces por allí, si tienes familia o pareja, cuánto tiempo te quedas o cómo se vive en tu país. Son personas honestas, buenas y curiosas que, hasta hace unos pocos años, vivían en un hermetismo total, aislados de un mundo exterior que ha corrido desbocado en una evolución que allí pasó sin apenas notarse.
Las miles de pagodas de Bagan, el lago Inle, las tribus de Kyaing Tong o la imperial Mandalay… Con unos precios aún asumibles (aunque suben cada año) y una mejorada infraestructura turística, Myanmar es un país seguro y abierto al turista solitario. Una joya cuya fama comienza a amenazar con ensombrecer su belleza por el turismo masivo.

chica entre vegetación y pagodas
8. Grecia
Uno de los países más golpeados por la gran crisis económica que comenzó la pasada década y aún sigue viva, Grecia, posee una relación calidad-precio en servicios turísticos que el resto de países europeos apenas pueden igualar.
La cultura griega es hospitalaria y, si viajas a zonas más remotas, serás tratado mejor que en casa. Un país precioso y seguro en el que islas, cultura, arquitectura, bosques y montañas te esperan.
isla griega
9. Uruguay
Aunque países como Brasil, Argentina, Colombia o Chile tienen mejores paisajes que ofrecerte, lo cierto es que Uruguay es mejor país para viajarlo en solitario.
Es un lugar más seguro y, debido precisamente a que es uno de los grandes olvidados de Sudamérica, su gente es muy simpática y abierta. Encontrarás algunos viajeros afines a ti y un turismo mucho más relajado que en el resto de la zona. Las infraestructuras turísticas ofrecen menos variedad, pero también en eso reside su encanto.

plaza estatua y edificios
10. España
Nuestro país es uno de los más visitados del mundo y, por qué no, también merece la pena hacerlo solo.
Con una de las mejores redes de carreteras gratuitas de Europa, moverte por España es muy fácil y la relación calidad-precio de su alojamiento es genial. Encontrarás un sinfín de hostales donde conocer a viajeros de todo el mundo y a gente amistosa en cada rincón.
Gastronomía, paisajes, variedad, cultura, historia, precios decentes, patrimonio histórico y arquitectónico… España lo tiene todo, incluso si vienes solo.

calas
¿Cual de estos destinos preferirías para tu próximo viaje? ¿Cual de los que no están aquí descritos nos recomendarías?

lunes, 20 de noviembre de 2017

UN VIAJE DIFERENTE POR MANUEL SER


UN VIAJE DIFERENTE A lo largo de mi vida he ido a muy diferentes sitios con muy diferentes personas, y como es normal, han dejado muy diferentes sabores de boca. Pero no voy a contaros ninguno de ellos, ni hablar sobre lo estupendo que es viajar solo. Que lo es. Os voy a relatar, de forma resumida, el más mágico, revelador, interesante y mayor viaje que jamás emprendí. El viaje hacía mí mismo. Hace unos diez años, en enero del 2008, las circunstancias me llevaron a plantearme qué estaba pasando conmigo. Tenía trabajo indefinido, dinero que gastar, con quién gastarlo, buenas amistades y abundantes, éxito con las mujeres... en fin, que en principio me iba muy bien. Pero por dentro sentía que me estaba pudriendo. Externamente, aparentaba que estaba feliz, que había alegría. Todo falso. Las contracturas en la espalda decían lo contrario. El desencanto con el mundo y conmigo mismo era mayúsculo. De esto último no era ni consciente. Finalmente, una noche me di cuenta de que no estaba bien. Había perdido el brillo, la inocencia, la pureza que me acompañó hasta hacía unos años. Por aquél entonces, estaba interesado en aprender a prolongar el acto sexual. Conocía del tantra y empecé a leer al respecto con tal fin. Pero esta corriente, al igual que el Taoísmo, no es sólo tener relaciones durante horas, surfeando en innumerables olas de placer. No todo es kung-fu sexual. Quiso el destino, que en aquella época oscura, pusiera los ojos en estas filosofias para destapar el tarro de las esencias; de la mía, concretamente. Aparecieron ante mí escritos que invitaban al autoconocimiento. Que hablaban de una forma de vivir natural, lúcida, fresca, auténtica, sana. Resultaba muy gratificante. Solía tener charlas al respecto con la propietaria del herbolario al que solía ir. En cierta ocasión, interesado en asistir a algún taller de tantra o similar, le pregunté si sabía de alguno. La respuesta fue negativa, pero me recomendó una escuela de yoga que acababa de abrir unas calles más abajo. Fui, probé.. y me encantó. Allí fue donde empecé a meditar. Meditar. Lo mejor que he podido hacer en mi vida con diferencia. Lo que he contado hasta ahora solo ha sido el arranque. El verdadero viaje hacía mí mismo comenzó en el momento en que me senté en el suelo y dejé a la mente suelta, libre. A estar consciente de las emociones y pensamientos. No sólo practicaba en la escuela, también lo hacía en casa. Al principio unos pocos minutos, pero pronto se fue alargando aquél estupendo rato que pasaba sobre el cojín o la silla. Cada sesión era como una píldora de lucidez, de calma, serenidad y autoconocimiento. Sencillamente era maravilloso. Con el paso del tiempo y la práctica regular, fui tomando conciencia de mis reacciones, actos, pensamientos y demás. Era revelador, muy revelador. El viaje continuaba. Y servidor seguía poniendo luz sobre sus profundidades. Poniendo al descubierto diferentes capas de la personalidad. Leyendo libros, asistiendo a talleres y obteniendo herramientas varias para su equilibrio, tanto físico, mental, emocional, como espiritual. Esta nueva etapa me llevó a realizar viajes y a conocer estupendas personas. Se cruzaron en mi camino bellos seres humanos, tanto interna como externamente. Nuevas amistades surgieron que aún hoy conservo. Mientras tanto, mi vida había dado un cambio considerable. No era el mismo. Ahora era una persona más calmada. Más dueña de sí misma. Y sobre todo, más lúcida y consciente. Finalmente surgió la duda, la pregunta. ¿Quién soy? ¿Quién o qué soy en realidad? No quedaba más que indagar... e indagar...e indagar. Pasaron los años. Fue tiempo de autocuestionamiento intenso. No fue fácil. No resulta fácil el poner en duda tus creencias. No. Pero sí provechoso... y mucho. Después de varias realizaciones, insights, epifanias o como cada cual lo quiera llamar, llegó la respuesta a la pregunta. Fue de la forma más tonta. Sencillamente me paré. Me rendí. Estaba harto de buscar y no encontrar. Completamente hastíado. Fué entonces cuando se dio a conocer. En plena cena. Sí, en plena cena conocí mi verdadera identidad. Seis años después, en marzo del 2014. Me inundó, fue como una explosión. En cuestión de un instante supe lo que soy. Durante unas veinticuatro horas prácticamente cesaron los pensamientos. Era "Eso" y estandó "ahí" de forma consciente, no hay lugar para que arraigue ninguna idea. Se diluye cual pastilla efeverscente en vaso de agua. Lentamente fui saliendo de ese estado, pero conociendo mi Yo verdadero. El cual, ha ido haciéndose hueco en mi vida contidiana cada vez con más fuerza y de una forma más intensa. El viaje sigue, no acaba ahí. La expansión de conciencia y el autoconocimiento continuan. No sé si algún día acabará, la verdad. Ahora me limito a disfrutar, en la medida de lo posible, de la vida desde esta nueva perspectiva más patente día a día.

Y tú, nos cuentas tu experiencia?

lunes, 13 de noviembre de 2017

Los 5 tipos de viajes que deberías hacer sólo

Viajar solo debería incluirse entre la lista de cosas que todos aspiramos hacer en algún momento de la vida.
Para algunos viajeros, el significado de vacaciones es quedarse acostado en una playa o en un hotel, lo cual sería buena idea, pero que tal si pensamos que existen maneras diferentes y muchos tipos de viaje en los que puedes disfrutar, relajarte y desconectarte de la rutina por un momento.
No te quedes cerrando este año sin contarnos un viaje fuera de lo común que hayas realizado anteriormente, aquí te damos algunas ideas.

¿Y tú, qué experiencia de viaje fuera de lo común has tenido?
1.     Un viaje por estudios a España

Fuente: Viviana Villao
Decidir estudiar en otro país pareciera inalcanzable hasta que lo haces. La clave está en convencerte que lo puedes lograr y sorprendente cuando lo consigues. Conocer otra cultura y seguir desarrollándote profesionalmente estudiando en otro país es uno de los viajes que más me ha gustado y lo recomiendo, es derribar barreras que te ayudan a cerrar ciclos de vida e inspirar a muchos para que lo hagan también.
2.     Una desconexión digital

Fuente: Martin Valigursky
¿Imaginas desconectarte del mundo sin computador, televisión ni teléfono?
Pues te recomiendo intentarlo y relajarte unos días, liberando tu mente y centrándote solo en ti y tu bienestar y que mejor si es en una isla exótica o en algún sitio que no tenga mucha cobertura satelital, asi no caerás en la tentación de conectarte.
3.     Que tal 'couchsurfing'



Viajar puede ser tan fácil con los contactos adecuados y que mejor si actualmente hay tantas opciones en el mundo. Couchsurfing, es una aplicación que ofrece a sus usuarios intercambio de hospitalidad y servicios en redes sociales, en la cual dan la oportunidad a sus miembros de que lleguen donde un anfitrión el cual aloja en su casa a viajeros y todo esto sin fines de lucro y con el afán de que experimentes que es estar en un sitio nuevo.
4.     Un voluntariado
 Fuente: caritas.es
Viajar por una buena causa y reflexionar para llegar a entender las necesidades de otras personas, es una sensación que solo algunos han llegado a experimentar. Realizar un viaje como voluntario y ayudar a despertar alegrías y beneficios es algo valioso que puedes decidir hacer y asi disfrutar un tiempo hacia el beneficio de alguien más.
5.     Un viaje dentro de tu país
Fuente: Pinsdaddy.com

¿Y si decides un fin de semana hacer maletas e irte a conocer una parte de tu propio país? Pues esto no es raro y si lo decides aprovechas conociendo primero tu propio lugar para salir de la rutina y simplemente, disfrutar de tu propio país de residencia.